Gárgolas insomnes

Abril 14 de 2010

Mensaje a Bancomer

Por tercera vez, he intentado pagar un servicio a través de Bancomer.com y, por tercera vez, la pérdida de tiempo y el estrés (¡dos días por cada intento!) se han hecho la misma cosa, como la imbecilidad extrema y la deshonestidad absoluta de Bancomer y Banamex se hacen una o son binomio, una pesadilla de obsolescencia que, de todos modos y después de todo, termina hasta que me apersono en la sucursal del banco, de Telmex, etc. Lo que dejo de hacer en estos casos no cabe en la cabeza de ninguno de ustedes ni en las de todos juntos. ¡Exijo una explicación y una disculpa, no tentativas de contagiarme su autoengaño, un caso para Ripley y el Record Guiness, epidemia que explica el desprestigio mundial que solo ustedes no ven porque están demencialmente ciegos! El hecho de que tampoco me respondan los hace más detestables, mezquinos, miserables (a la deshonestidad y la estupidez hay que sumar la cobardía del ninguneo), y están acumulando puntos en su contra. ¿Qué harán al respecto: robarme como al EZLN y culpar al duende que llaman hacker? Tampoco es accesible mi estado de cuenta en Internet. ¿Por qué?

Desde hoy, haré público este mensaje y los anteriores, además de mis intercambios escritos con gente oligofrénica en el desquiciante chat de Bancomer.com o «banca en línea» o como se llame esa basura.

[] Iván Rincón 9:55 PM

Abril 5 de 2010

Alteridad

De pronto comprendí que la noche y el día, el sueño, la vigilia y el insomnio, la soledad y el soliloquio, su desvelada obsesividad, el trastorno del entorno y del interior, la desquiciante inercia de la estulticia y el miedo en masa, el coraje de la ruptura radical a machete, un disparo que responde y corresponde a los agravios en resumidas cuentas, la oscuridad, la claridad y el puente de ida y vuelta con la ciudad en calma durante la proximidad alertante del alba que anuncian los repartidores de periódicos, el anciano que barre su parte de calle y de banqueta, la menguada intensidad de una luna con leucemia y el estrépito de los pájaros, la ilusión del silencio y su invasión por la presencia humana, el pandemonio pestilente, la cotidiana destrucción de la naturaleza y el alma, planeta basura y caos, la vida, la muerte y el tránsito en espiral de caracol y tornillo en el cerebro que celebro, la plenitud y el vacío, la memoria saturada poco a poco de rencor, información sin uso, aglomeración de palabras, aglutinamiento de imágenes y acumulación de olvido, el polvo hecho aire y el cansancio que haré polvo, la mirada, el borde y el abismo, el único salto, el cielo por asalto, el último suspiro, un paso atrás de sistemática evasión, la tentativa y el arrepentimiento, el pasado que vuelve a ser presente cuando emerge con el fenómeno llamado pentimento, un cuerpo en ruinas y la tenacidad implacable de su reconstrucción, un rostro en el espejo, su rastro, su reflejo, su máscara de viejo, su involuntaria métrica de rima cacofónica, incisiones y signos, tatuaje de una ruta inconclusa de múltiples atajos, dédalo de proyectos, laberinto de visiones y espejismos, fantasías y fantasmas, la pérdida infinita y la ganancia infinitesimal de tiempo, la explosión y el incendio, "los otros todos que nosotros somos" (1), "detrás de nosotros estamos ustedes" (2), "para todos todo, nada para nosotros" (3), la nada, la otredad, la extranjería universal y, en todos los casos otros, todo o casi todo, para acabar pronto, soy yo.

1. Verso de Piedra del sol, de Octavio Paz.
2. Uno de los lemas del EZLN que parafrasean al Popol Vuh.
3. Ídem no Ibíd.

[] Iván Rincón 8:08 PM

Me faltó decir que soy la neta y Dios... entre otras mentiras.

[] Iván Rincón 9:09 PM

Una actitud muy otra, propia de alguien tan intolerante como yo, es pensar que "el infierno son los demás" (Sartré), pero si "el reencuentro del espíritu con su alteridad" (Hegel) es una mirada sensible a la otredad, que se reconoce en ella, no se niega ni se ahoga en la quietud del lago que lo refleja ni ciega su propia imagen, el infierno somos los demás, es decir, los otros y nosotros, que vemos la paja en el ojo ajeno cuando estamos ciegos todos. Según Octavio Paz, "las metrópolis modernas son aglomeraciones de solitarios" y, bajo "las heladas aguas del cálculo egoísta" (Marx y Engels), nuestros actos son síntomas de soledad colectiva; causa y efecto de esta pérdida mayoritaria de la solidaridad como valor humano, su negación cotidiana que, por desgracia y por no decir tragedia, cancela también el proyecto de una sociedad basada en relaciones solidarias, es la suma de nuestras soledades. En mi caso es "instinto de conservación" y no puede ser de otro modo entre tant@s hij@s de la chingada.

¡Cuatro citas en un párrafo menos extenso que el anterior! Vaya pues. Me he superado...

[] Iván Rincón 06/04/10

Marzo 10 de 2010

Algo sobre mí

Algo sobre mí: sábanas y cobijas cuando logro dormir o lo intento, y el techo que refleja mis sueños en la oscuridad, sueños que se desvanecen a la luz de la vigilia y el insomnio, o al prender el día y aprender a vivirlo hasta que alguno de los dos muera.

Algo sobre mí: el cielo que refleja de noche a la ciudad estrellada como población infinita de luciérnagas y la baña de luna desvelada, no por pasar la noche en vela, sino porque el viento la despoja de sus nebulosos velos.

Algo sobre mí: el vuelo nocturno de los murciélagos cuando los pájaros duermen en los árboles, donde duermen también los murciélagos cuando los pájaros vuelan sobre mí.

Algo sobre mí: la lluvia impertinente y pertinaz, que anega de llanto las calles, las azoteas y los sauces de por sí desconsolados, y se lleva las soledades por las alcantarillas, desde donde camino hasta donde llego.

Algo sobre mí: la regadera y el chorro de agua caliente que, al caer, me levanta y, al bajar, sube la sangre de los pies a la cabeza.

Algo sobre mí: el sol que me espera en la playa, las gaviotas esporádicas, el ruidoso motor con hélices que hace correr a los perros como locos frenéticos en la arena.

Algo sobre mí: una mujer de pechos que saltan como langostas al ritmo de su estertórea respiración y se funde conmigo en un abrazo ardiente.

Algo sobre mí: las vigas entreabiertas por donde caga una iguana en venganza de las fiestas patrias, la navidad, la religión, la televisión, el fútbol, el sistema social y sus instituciones, el miedo, la estulticia y la miseria humana; un cielorraso bajo el tejado y un crepúsculo rojo como ensangrentada muerte del día.

Algo sobre ti